Probador de colchones, el trabajo soñado
Probador de colchones es un trabajo soñado por muchos. Suena totalmente surrealista, pero lo cierto es que varias cadenas de hoteles ya disponen de esta práctica. Los que se dedican a probar la comodidad de los colchones no suelen presentarse como tal, sino que se hacen pasar por clientes normales en los hoteles.
La británica Natalie Thomas se gana la vida probando colchones.
Se alojan en una habitación y se tumban en la cama con el objetivo de determinar cuál es el grado de comodidad y qué defectos tiene el colchón. Además, los probadores están obligados en la mayoría de casos a fotografiar el colchón desde varios ángulos y a hacer un informe detallado sobre sus pros y sus contras.
El caso más conocido sobre esta profesión es el de la británica Natalie Thomas, probadora de colchones de la cadena Premier Inn. La empresa hizo un estudio por el que determinó que dos de cada tres británicos descansaban en colchones incómodos. Es por ello que Premier Inn decidió crear después el puesto de probador, para el que fue elegida Natalie Thomas. Su labor diaria: probar colchones durante ocho horas al día.
Por su parte, una empresa hotelera china eligió en octubre del pasado año a un probador de entre 7.800 candidatos. La mujer elegida estuvo obligada a pasar 24 horas seguidas tumbada boca arriba en la cama de una habitación.
Incluso Ikea publicó una oferta en 2008 para probadores de colchones para lanzar una nueva gama de este producto. Buscó a 300 personas para probar los de sus tiendas de España y los contratados disfrutaron además de asesoramiento de la Clínica del Sueño de Barcelona.